Jornada I |
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Salen FELICIANO de camino, y ANDRÉS, con dos escopetas, tocan primero una caja como que es tempestad.
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FELICIANO | ¡Válgame el cielo Andrés, válgame el cielo! | |
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ANDRÉS | El cielo pienso que se viene al suelo, | | y hiciera mal, señor (si ser pudiera | | que al suelo se viniera) | | que no está el suelo ya para vivirle. | 5 |
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-fol. 41v-
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ANDRÉS | Más dicha fue, señor, que proseguirle. | |
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FELICIANO | ¡Jesús, qué escuridad de torbellino!, | | pienso que vienen dentro | | todas las furias del escuro centro. | 10 | La máquina del cielo se desata | | de sus ejes de plata, | | sus orbes de relámpagos vestidos | | están más temerosos que lucidos. | | Parece que una y otra ardiente llama | 15 | por el cristal rompido arroja al suelo. | | la tierra se estremece, el aire brama, | | y en víboras de fuego escupe yelo; | | si esto hace la tierra, | | ¿quién se fía del mar? |
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ANDRÉS | Cuando esta sierra | 20 | no fuera tan Morena, | | hoy lo quedara como el nombre suena. | | Pobres de los caballos, | | apenas pude atallos, | | mas no podrán moverse | 25 | que si llegan a verse | | los animales en peligros tales, | | ¿no se apartan del hombre, aunque animales? | |
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FELICIANO | Dices verdad, y no me maravillo, | | que huyendo de un halcón un pajarillo, | 30 | sobre la mano se me puso un día, | | y pienso que chillando me decía, | | hombre deste tirano me defiende. | |
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ANDRÉS | Ya parece que el cielo se suspende, | | lástima es ver entapizado el suelo | 35 | de rotas verdes hojas | | entre balas de yelo. | |
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FELICIANO | Ya por las nubes cárdenas y rojas | | acecha el sol la tierra, | | como que no se atreve | 40 | a mirar los despojos de la guerra, | | y revueltas las ramas y la nieve | | precipitarse arroyos turbulentos | | entre dientes de bárbaros acentos. | | Pero escucha, ¿qué es esto | 45 | |
-fol. 42r-
| que entre aquellas encinas | | parece voz humana? | |
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ANDRÉS | El eco al son funesto | | responde, ¿qué imaginas? | |
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FELICIANO | Que no es sospecha vana. | 50 |
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(Dentro DOROTEA dama.)
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DOROTEA | Ay de mí, que aun la muerte, | | que suele ser remedio en desdichados, | | huye de mí. |
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ANDRÉS | Los aires más templados | | traen la voz de una mujer que llora. | 55 |
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FELICIANO | Aún no se ha puesto el sol, y ya el aurora | | las yerbas humedece. | |
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ANDRÉS | No lejos destos árboles parece | | que suenan sus estremos. | |
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FELICIANO | ¿Andrés qué haremos?, | 60 | que llanto de mujer obliga al hombre, | | no más de por el nombre, | | que fue escritura, que a naturaleza | | hicieron la piedad y la nobleza. | |
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ANDRÉS | ¿Si estamos encantados? | 65 |
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DOROTEA | ¿Para qué vivo yo, cielos airados? | |
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ANDRÉS | Aquí, señor, te asienta, | | mientras que voy a ver de rama en rama | | quien con tanto dolor la muerte llama. | 70 |
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| (Vase.) |
FELICIANO | Oye gemir la blanca tortolilla | | el casto esposo en álamo frondoso, | | y acudiendo al chillido, el vagaroso | | viento con pico y plumas acuchilla. | | Oye bramar la tímida novilla | 75 | el hosco toro, que se huyó celoso, | | y arrojándose al río caudaloso | | sacude el agua en la florida orilla. | | ¿Pues qué milagro que llorando asombre | | una mujer, a quien las debe tanto, | 80 | pues para socorrerla, basta el nombre? | | |
-fol. 42v-
| ¿Qué fiera, qué león le causa espanto? | | Todo lo puede el corazón del hombre, | | mas no sufrir de una mujer el llanto. | |
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(Vuelve ANDRÉS.)
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ANDRÉS | Al nudoso tronco atada | | de un roble, por mejor fruta | | que las doradas manzanas | | de la güerta de Medea, | | llora una afligida estampa | 90 | de aquella Andrómeda triste, | | que en el mar de Tiro estaba | | dando lágrimas, que fueron | | perlas en conchas de nácar. | |
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FELICIANO | A propósito del caso | 95 | pintas, Andrés, esa dama | | con fábulas, pues lo son | | decir, que en estas montañas | | haya tales aventuras. | |
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ANDRÉS | No lejos, toda la cara | 100 | bañada en sangre, está un hombre, | | que con piadosas palabras | | atado también a un roble, | | solicita consolarla; | | y cerca dél en la tierra | 105 | yacen tres cuerpos sin alma, | | los dos mancebos y el otro | | tiñendo en sangre las canas | | de su venerable aspecto. | |
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FELICIANO | Bien se conoce la causa | 110 | de esa desdicha; esta es gente | | que a Sevilla caminaba | | y dio en manos de ladrones, | | que por estos montes andan. | | Bien sé que fuera prudencia, | 115 | acabar nuestra jornada | | en paz, pero no valor; | | este mancebo desata, | | y dale tu espada, Andrés, | | que los tres.... |
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ANDRÉS | No doy la espada, | 120 | de que me precio, a ninguno, | | la escopeta sí, que es arma | | que no ha menester valor. | |
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FELICIANO | Siempre tuve confianza | | de tus manos; si es cuadrilla, | 125 | aunque pedazos nos hagan, | | habemos de acometerlos, | | y si unos de otros se apartan, | | no dudes de que tendremos | | buen suceso. |
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ANDRÉS | Dios lo haga, | 130 | que a quien por justa piedad | | emprende tan noble hazaña, | | ¿cómo es posible que falte? | |
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FELICIANO | Mientras el hombre desatas | | estaré, valiente Andrés, | 135 | con la escopeta de guarda. | |
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| (Retírase.) |
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(UN PASTOR y Cuatro Salteadores.)
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PASTOR | ¿No basta que me quitéis | | el ganado? |
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[SALTEADOR] 2.º | ¿Vos tenéis, | | villano, lengua atrevida | 140 | con el señor capitán? | |
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PASTOR | ¿Pues no bastan seis carneros, | | donde hay tantos ganaderos, | | que en Sierra Morena están? | | No lo pague todo yo, | 145 | quitad a todos su parte. | |
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[SALTEADOR] 3.º | Vive Dios, que estoy por darte. | |
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[SALTEADOR] 4.º | ¿No veis que es un ignorante? | |
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PASTOR | ¿En qué entiende la Hermandad, | 150 | |
-fol. 43r-
| que por esta soledad | | sufre maldad semejante? | | ¿Seis carneros? |
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[SALTEADOR] 2.º | ¿Quién mejor | | que el mismo dueño? |
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(Entran FELICIANO, ANDRÉS y JULIO con escopetas, y DOROTEA.)
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FELICIANO | Aquí la cuadrilla está, | | escondeos hasta ver | | si son más. |
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DOROTEA | Ayude el cielo | | la piedad de vuestro celo. | |
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[SALTEADOR] 1.º | Pues si lo sabes hacer, | 160 | ven donde quedan atados | | desollarás los dos dellos, | | y ayudarás a comellos | | como quien toma los dados, | | que con eso los podremos | 165 | tomar con buena conciencia. | |
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PASTOR | Vida, tengamos paciencia, | | que en gran peligro nos vemos. | |
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(Vanse.)
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JULIO | Agora es tiempo, señor, | | si habemos de acometer. | 170 |
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DOROTEA | Caballero, aunque mujer, | | sabed que tengo valor. | | Dadme una espada. |
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FELICIANO | Teneos, | | que no os habéis de empeñar | | donde podáis mal lograr | 175 | la fe de nuestros deseos. | | Tras dellos habemos de ir, | | esperad adonde estáis. | |
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DOROTEA | Con más pena me dejáis | | que allá me diera el morir. | 180 | Estos previniendo están | | cena y fiesta, en que he de ser, | | como ellos piensan, mujer | | de su infame capitán. | | Si os vencen, yo soy perdida, | 185 | y así es partido, señor, | | que no pierda yo mi honor | | y que vos perdáis la vida, | | sino que muera con vos. | |
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FELICIANO | No habéis de pasar de aquí. | 190 |
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ANDRÉS | ¿Cómo vencer, pesia mí | | si en disparando los dos, | | queda con la hoja Andrés | | como el mismo Rodamonte, | | que los ladrones y el monte | 195 | ha de poner a tus pies? | |
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(Vanse.)
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DOROTEA | Ay soledades tristes, | | si el alma de mis quejas lastimadas, | | después que las oístes, | | os hizo, siendo mudas, animadas | 200 | en tanto desconsuelo, | | no vida para mí pedid al cielo | | si no la que merece | | el caballero ilustre y generoso | | que aquí me favorece; | 205 | árboles deste valle temeroso | | su vida le pidamos, | | lenguas haced las hojas de los ramos. | | Y tú manso arroyuelo, | | que duermes por las márgenes amenas | 210 | |
-fol. 43v-
| deste pintado suelo, | | en palabras convierte las arenas, | | los cristales desata, | | cohecha al cielo, pues le ofreces plata. | | Oh sospechas inquietas | 215 | dejad el alma un átomo, un instante, | | ya de las escopetas | | respondiendo la pólvora tronante, | |
(Disparan dentro.)
| dice que me consuele, | | aunque en el humo mi esperanza vuele. | 220 | Si dos solas han sido, | | las nuestras son y buen efeto hicieron; | | ¿si se habrán remitido | | a las espadas los que no murieron?, | | ¿ha puesto la fortuna | 225 | en tanta confusión mujer ninguna? | | De todo cuanto veo | | muerto y perdido en la ocasión presente, | | si vive quien deseo | | me sabré consolar, que solo siente | 230 | mi alma en mal tan fiero | | la vida deste ilustre caballero. | |
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(Sale FELICIANO y los demás.)
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FELICIANO | Oh buen pastor, que has sido | | la causa con tus tiros acertados | | de que hayamos vencido. | 235 |
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PASTOR | No cenarán a fe los convidados | | de mis pobres carneros. | |
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DOROTEA | ¡Cielos, qué vitoriosos vengo a veros! | | A vuestros pies rendida | | la tierra besaré. |
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FELICIANO | Ya mi señora | 240 | tenéis honor y vida, | | asegurarla es lo que importa agora, | | ¿cuánto hay de aquí a la venta?, | | por si la gente que ha quedado intenta | | seguirnos y vengarse. | 245 |
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-fol. 44r-
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PASTOR | Habrá dos leguas, pero son pequeñas. | |
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ANDRÉS | Bien tienen que curarse, | | sin los que piden confesión por señas, | | que he dado cuchillada | | como si fuera en un melón tajada. | 250 |
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FELICIANO | En mi caballo puede | | ir esta dama y este mozo herido | | irá en el tuyo. |
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DOROTEA | Excede | | a mi desdicha tu piedad, ya pido | | al cielo solamente | 255 | mi vida acabe y que la tuya aumente. | |
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FELICIANO | Dale al pastor cien reales. | |
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ANDRÉS | Primero ha de sacarnos al camino. | |
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PASTOR | Muestran mercedes tales | | que sois hombre de pro. |
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JULIO | Del cielo vino | 260 | aqueste caballero. | |
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(Vanse y salen CELIA dama, DON SANCHO caballero viejo.)
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CELIA | Para grandes fortunas | | dispone grandes ánimos el cielo. | |
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SANCHO | Ay Celia, son algunas | 265 | de tanto desconsuelo, | | que ni el valor importa, | | ni menos que la muerte el sentimiento | | al corazón reporta. | |
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CELIA | Señor, ¿para quien tiene entendimiento | 270 | cómo puede faltar el sufrimiento?, | | siendo en todos los males la prudencia | | remedio a quien jamás faltó paciencia. | |
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SANCHO | Cuando a mi hermano don Fernando espero | | que viene de Madrid con Dorotea | 275 | de casar concertada | | con aquel caballero, | | que llegará tan presto con la flota, | | sino es que igual en las desdichas sea, | | entra en Sevilla el mísero cochero, | 280 | y con tan tristes nuevas alborota | | |
-fol. 44v-
| mi alma y la justicia, ¿y te parece | | que puede haber paciencia y sufrimiento? | |
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CELIA | No niego a la razón el sentimiento, | | solo, señor, propongo la templanza | 285 | en males que no dejan esperanza. | |
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SANCHO | Qué confusión, aún no saber el modo, | | ¿cómo dar a sus cuerpos sepultura? | |
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CELIA | La justicia tendrá cuidado en todo. | |
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SANCHO | Partirme es fuerza en ocasión tan dura. | 290 |
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CELIA | Pienso que si ejecutas la partida, | | te ha de costar la vida. | |
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SANCHO | Dicha es acompañar su triste suerte | | con mi forzosa muerte, | | pues no podrán mis ojos | 295 | sangrientos ver sus míseros despojos, | | sin que el dolor, sirviéndome de espada | | haga mayor efeto | | que las balas de aquellos arcabuces. | | ¿Quién pudo, ay Dorotea desdichada, | 300 | adivinar discreto, | | que te dieran los montes andaluces | | sepultura en peñascos, luto en robles? | |
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CELIA | La obligación de caballeros nobles | | perdiste entre el dolor y el sentimiento. | 305 |
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SANCHO | Ni vida quiero ya, ni sufrimiento. | |
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(Vanse y sale DOROTEA y JULIO.)
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JULIO | Que estás agora | | en mayor peligro. |
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DOROTEA | ¡Ay cielos!, | | ¿no es esta venta segura?, | | ¿no hay en ella forasteros | 310 | de Madrid y de Sevilla? | |
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JULIO | Como los tristes sucesos | | de Sierra Morena han sido | | tales, que no admiten sueño. | | Oí, señora, que hablaban | 315 | bien cerca de tu aposento | | dos hombres, a quien hacía | | pobre cama el duro suelo. | | No salgamos, dijo el uno, | | sin que salga el sol primero, | 320 | y para pasar la sierra | | diez o doce nos juntemos, | | que está llena de ladrones. | | Notable descuido veo | | dijo el otro, en la justicia | 325 | de los convecinos pueblos, | | ¿pero qué podrá si son | | hombres de talle y de pecho, | | valientes desesperados | | todos con armas de fuego? | 330 | Este que esta dama trae, | | aunque solo está durmiendo | | |
-fol. 45r-
| por disimular el hurto, | | en diferente aposento, | | yo sé que es el capitán, | 335 | y que la lleva sospecho | | a lo que suelen los tales; | | sino es que vienen huyendo | | para pasarse a otra parte. | | Pobres de los pasajeros | 340 | que llevaban los rocines. | | Esto trataban y luego | | partió la conversación | | el sueño con el silencio. | | Levanteme y como ves, | 345 | llamé a tu aposento quedo, | | para que veas si tiene | | nuestra desdicha remedio. | | Que aunque aqueste te ha librado | | no fue sacarte de aquellos | 350 | por tu bien, mas por quitar | | el hurto al primero dueño. | | Codicia de tu hermosura | | a sus mismos compañeros | | dio muerte, mira que estamos, | 355 | señora, en peligro estremo. | |
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DOROTEA | Julio, cuando las desdichas | | son tantas, los mismos pechos | | que las padecen se animan | | al remedio y al consejo. | 360 | Así suelen los pilotos | | cuando ven el mar soberbio, | | acudir por partes varias | | a las jarcias y a los cielos. | | Ellos nos darán favor, | 365 | saca los caballos luego | | y paga al huésped, pues él | | ha de pensar que son nuestros. | | Que cuando este salteador | | en forma de caballero | 370 | despierte, habemos de estar | | tan seguros como lejos. | | ¿Quién pensara que aquel talle | | y aquel término discreto | | se inclinara a tal bajeza? | 375 | Y agora, Julio, confieso | | que me llevó con los ojos | | gran parte del pensamiento. | | Oh ya fuese la desdicha | | en que me he visto y me veo, | 380 | por donde entrase al amor | | el justo agradecimiento, | | que el favor en los peligros | | hace mayores efetos. | | Pero en sabiendo quien es, | 385 | solo me queda en el pecho | | lástima, de que tal hombre, | | y de tal entendimiento | | se incline a cosas tan bajas. | | ¡Este es ladrón!, saca presto | 390 | los caballos, no despierte. | |
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JULIO | ¿Piensas tú que caballeros | | no suelen andar por bandos | | o por venganzas en esto? | | Pues sabe que en Aragón, | 395 | si hay agravio de por medio | | no se tiene por deshonra. | |
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| (Vase.) |
DOROTEA | Camina, rogando quedo | | al cielo, temple el rigor, | | pues sabe que no merezco | 400 | por obedecer mis padres | | tantos males como tengo. | | Si como la antigüedad | | creyó que era Dios el sueño, | | pudiera yo persuadirme | 405 | a que con humildes ruegos | | a sus aras prometiera | | ámbar en lugar de incienso. | | Cubre sueño perezoso | | |
-fol. 45v-
| de aqueste bárbaro fiero | 410 | los ojos, que si me dijo | | en el camino requiebros, | | no eran de hombre enamorado, | | que si fueran verdaderos, | | de lo que ya deseaba | 415 | le despertara el desvelo. | | Piedad airados cielos, | | que soy mujer y sola y sin remedio. | | Los caballos suenan ya, | | oh quién pudiera ponerlos | 420 | defensa en las herraduras | | contra las piedras del suelo. | | La puerta abrieron, ya salen; | | ¡ay Dios qué golpe tan necio!, | | ya están fuera los caballos, | 425 | también la del cielo temo. | | Aurora detente un poco, | | pues dicen que estás durmiendo | | en los brazos de quien amas, | | que con amor verdadero, | 430 | por más que le llame el sol | | nadie se levanta presto. | | Y tú no saques los tuyos | | padre de Faetón soberbio, | | así te abrace laurel | 435 | quien te despreció mancebo. | | Piedad airados cielos, | | [que soy mujer y sola y sin remedio.]3 | |
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(JULIO y el VENTERO.)
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VENTERO | Tanta liberalidad, | | señor hidalgo, agradezco, | 440 | mirad no erréis el camino, | | echad siempre al lado izquierdo. | |
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VENTERO | Pensé que ese caballero | | con quien venistes anoche | 445 | era desta dama el dueño. | |
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JULIO | Junto a esa fuente le hallamos | | y robado cuando menos | | de unos soldados fingidos. | |
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VENTERO | No se atreven a prenderlos | 450 | estos lugares. |
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DOROTEA | Tengo miedo | | a lo que el huésped nos dice. | |
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JULIO | No le tengáis, que el lucero | | va dando muestras del día. | 455 |
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(Vanse.)
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VENTERO | Si todos fueran como estos, | | ¿qué tienda de mercader | | como esta venta?, hola, Pedro, | | hola, Rufinilla, a moza. | |
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(Sale RUFINA.)
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RUFINA | Apenas por esos cerros | 460 | sale perezoso el día, | | ¿y ya quiere que saquemos | | las caras de la almohada, | | de los colchones los cuerpos? | |
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VENTERO | Acaba, maldita seas, | 465 | ¿qué hace ese mozo? |
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RUFINA | A los cueros | | ha más de un hora que está | | Pedro dándoles tormento. | |
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VENTERO | ¿Y qué está haciendo Lorenzo? | 470 |
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RUFINA | Echa en adobo el rocín, | | que le ha de hacer por lo menos | | pasar plaza de ternera. | |
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VENTERO | Lo mismo en las damas vemos, | | que cubren con el adobo | 475 | los años y los defetos. | |
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(Entra ANDRÉS.)
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ANDRÉS | Buenos días, señor huésped. | |
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VENTERO | Dios le guarde caballero. | |
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ANDRÉS | De su pajar y su casa, | | |
-fol. 46r-
| que vive Cristo que vengo | 480 | hecho de pulgas un jaspe. | | ¿Si pensaron que era queso | | los ratones del pajar, | | que me han comido el pescuezo?, | | y ella doncelliventera | 485 | ¿no me diera en su aposento | | dos dedos de su colchón? | |
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RUFINA | Uñas arriba mancebo, | | que le daré dos sopapos. | |
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ANDRÉS | Ten la mano de mortero | 490 | lámpara deste hospital. | |
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RUFINA | Pues visión de galgo enfermo, | | ¿con Rufinilla se toma? | |
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ANDRÉS | Ea, no haya más requiebros, | | toma morena un real. | 495 |
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RUFINA | ¿Y yo para qué le quiero? | |
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(Entra FELICIANO.)
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FELICIANO | El cansancio me ha obligado | | para vencer el desvelo, | | Andrés, mira que es muy tarde, | | huésped. |
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FELICIANO | ¿Qué debemos?, | 500 | llama Andrés esa señora. | |
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ANDRÉS | Habrala rendido el sueño, | | después de tantos cuidados; | | ¡Ah, señora!, abrid, que es tiempo | | de caminar. |
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ANDRÉS | A esta dama que traemos | | con no pequeño cuidado. | |
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ANDRÉS | Qué bueno es esto. | | ¡Ah, señora! |
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VENTERO | Si es la dama | | de anoche, con el mancebo, | 510 | que pienso que estaba herido, | | madrugaron y se fueron. | |
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VENTERO | Yo | | solo sé que mi dinero | | me dieron y con el alba | 515 | en los caballos partieron. | |
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VENTERO | ¿Pues cómo?, | | ¿los caballos eran vuestros? | |
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FELICIANO | ¿Con este agradecimiento | 520 | se paga haberla librado | | de tantos ladrones fieros? | | ¿Tenéis huésped en qué pueda | | alcanzarlos?, pierdo el seso. | |
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VENTERO | Tenía un rocín y ayer | 525 | se me murió sin remedio | | de haber llevado a Granada | | diez arrobas de procesos. | |
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VENTERO | ¿Y es mucho? | | ¿No sabéis que en treinta pliegos | 530 | son los veinte peticiones? | |
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ANDRÉS | Que muera un rocín de pleitos, | | ¿qué harán los hombres? |
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FELICIANO | ¿Que hubiese | | mujer de tan duro pecho, | | que así pagase un servicio | 535 | digno de tan alto premio? | | ¿Hase contado en el mundo, | | donde es la piedad estremo | | tal ingratitud? Andrés, | | huésped. |
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FELICIANO | Id corriendo | 540 | y del primero lugar, | | sin reparar en dinero, | | me traed en que la siga. | |
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ANDRÉS | ¿De qué te ríes picaña? | 545 |
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(Vanse.)
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FELICIANO | Más mal que imaginas tengo. | |
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FELICIANO | Que me lleva el alma, | | que es el mayor sentimiento. | 550 |
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FELICIANO | Vive el cielo que la tengo | | de buscar en toda España. | | ¿Dejó la maleta? |
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FELICIANO | También se lleva el dinero. | | Ven, que donde pierdo el alma, | | mil escudos es lo menos. | |
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(Vanse y sale DON DIEGO y FABIO.)
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DIEGO | Debo mi dicha, amigo Fabio, al viento, | | que tantas presunciones desatina. | 560 |
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FABIO | Cuando es de presunción, no es elemento | | sino pasión que a vanidad inclina. | |
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DIEGO | Este es Sanlúcar, generoso asiento, | | Fabio, de los Guzmanes de Medina, | | cuya daga fue pluma de la hazaña, | 565 | que en inmortal papel escribe España. | | Gracias a Dios que ya mi dicha anima | | con tan feliz y próspera derrota, | | a México primero desde Lima, | | y de la Habana a Cádiz con la flota. | 570 | El buen viaje con razón se estima | | (y más desde provincia tan remota) | | por buen auspicio de futuros bienes. | |
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FABIO | Ya de tu parte la fortuna tienes. | |
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DIEGO | Qué manso que jugaba con las olas | 575 | el riguroso Norte, que otras veces | | estampa al cielo gavias y ventolas, | | y mezcla las estrellas con los peces; | | sin esto las riquezas españolas, | | que tienen por la mar tantos jüeces, | 580 | ningún cosario han alentado al hurto | | con darle sueño al agua el viento surto. | | A Sevilla escribí cómo he llegado, | | donde me espera ya don Sancho Tello, | | si bien de mis intentos engañado, | 585 | que así de la ocasión todo el cabello. | | Quedó robando a Elena disculpado | | el Teucro Paris por su rostro bello, | | y yo lo quedaré, cuando posea | | por engaño la hermosa Dorotea. | 590 |
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FABIO | Nunca he sabido bien, señor don Diego, | | por dónde hallaste intento de casarte, | | no siendo tú don Juan, y así te ruego | | |
-fol. 47r-
| me le digas y en qué puedo ayudarte. | |
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DIEGO | En tu lealtad estriba mi sosiego; | 595 | y así tendrás de mis fortunas parte. | | Oye Fabio leal, escucha atento | | la dulce causa de mi loco intento. | | Tiene don Sancho Tello, sevillano | | generoso, en Madrid una sobrina, | 600 | que la naturaleza en velo humano | | quiso esmaltar de perfección divina. | | Tuvieron amistad él y su hermano | | un tiempo con don Pedro de Medina, | | que a las Indias después pasó mancebo | 605 | a la codicia del dorado cebo. | | Casose en Lima y deste casamiento | | nació don Juan, que se crio conmigo, | | siendo a los dos un mismo pensamiento | | de nuestro bien o mal, común testigo. | 610 | Prosiguiendo también el mismo intento | | los dos hermanos Tellos con su amigo | | tratan por cartas, que marido sea | | don Juan de la divina Dorotea. | | A cuyo casamiento concertado | 615 | nos embarcamos él y yo, que había | | tanto amor en los dos, que lo tratado | | en fe de acompañarle proseguía. | | Enfermando el mancebo desdichado | | (como lo viste Fabio) un triste día | 620 | en estos brazos espiró, de suerte | | que soy su vida y se llevó mi muerte. | | Cuando le vi con música discorde | | del coro de pilotos destemplado, | | envuelto en pobre lienzo desde el borde | 625 | de la nave arrojar al mar salado, | | y vi de nuestro amor siempre concorde | | el lazo de veinte años desatado, | | al dar el cuerpo el golpe entre las olas | | aun no le pude dar lágrimas solas. | 630 | Mirando sus papeles y vestidos, | | después de cuatro días de tormento, | | leyendo con suspiros encendidos | | |
-fol. 47v-
| las cartas de su triste casamiento, | | hallé la perdición de mis sentidos | 635 | en un retrato, a cuyo rostro atento | | le di, sin que pudiese remediarme, | | la vida que don Juan quiso dejarme. | | Y pienso que a sus ojos ofrecida | | no puede, oh Fabio, ser, que culpa sea, | 640 | que el dejarme al morir don Juan con vida | | fue porque se la diese a Dorotea. | | No fue la prenda de su amor perdida, | | pues en la mía su hermosura emplea, | | que siendo de sus bienes heredero, | 645 | serlo también de su belleza espero. | | Con nombre de don Juan voy a Sevilla | | a ver el ángel que adoré pintado, | | que cuando llegue a la florida orilla | | del Betis, pienso yo que habrá llegado. | 650 | Si la imaginación te maravilla | | del engaño que llevo fabricado, | | poco sabes de amor, que en casos tales | | es la mayor pasión de los mortales. | | Si Júpiter amante de Alcumena | 655 | en su marido ausente se transforma, | | bien puedo yo con más hermosa pena | | tomar agora de don Juan la forma, | | demás de no ser yo Paris de Elena, | | con la verdad de la amistad conforma, | 660 | que el padre de don Juan piense que es vivo, | | quitándole dolor tan excesivo. | | El marido que doy a Dorotea, | | ¿qué le debe en nobleza y en persona?, | | si no ha visto a don Juan, que yo lo sea | 665 | la buena dicha de los tres abona. | | Fabio, desde hoy mi nombre don Juan sea, | | que fuera de que amor yerros perdona, | | cuando se sepa, que don Diego he sido, | | de todos ha de ser agradecido. | 670 |
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FABIO | Admirado me deja el pensamiento | | con que vas a Sevilla, y el estraño | | camino que has hallado al casamiento | | |
-fol. 50r-
| de Dorotea con notable engaño. | | Su hacienda, finalmente, no es tu intento, | 675 | que fuera efeto a tu valor estraño, | | y siendo solo amor de su belleza, | | queda calificada tu nobleza. | | De hoy más te llamaré don Juan. |
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DIEGO | Secreto, | | Fabio, y partamos en habiendo cartas. | 680 |
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FABIO | Resta, que de las galas del sujeto | | que imitas, con el cómplice repartas. | |
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DIEGO | Las que más te agradaren te prometo. | |
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FABIO | Amanezca en el cielo, cuando partas, | | Venus con tal favor, que tuya sea. | 685 |
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DIEGO | Di, Fabio, la divina Dorotea. | |
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(Vanse y salen DON SANCHO, DOROTEA, CELIA y JULIO.)
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SANCHO | No me canso de abrazarte | | sobrina del alma mía, | | que con tan justa alegría | | la pena términos parte. | 690 | Tengo de mi muerto hermano | | tan vivo retrato en ti, | | que fuera de verle en mí | | no hubiera consuelo humano, | | que después de los enojos, | 695 | que era tan justo tener, | | las lágrimas y el placer | | juntos me bañan los ojos. | |
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CELIA | Déjanos, señor, gozar | | de Dorotea. |
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SANCHO | Este día | 700 | es para mí, Celia mía, | | nadie le puede igualar. | | Que cuanto mayor tormento, | | donde sabéis padecí, | | de vuestros brazos en mí | 705 | ha de ser más el contento. | |
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DOROTEA | Hablad a Julio, a quien debo, | | después de tanto dolor, | | el librarme de un traidor | | que fuera tormento nuevo. | 710 | Y aún mayor pudiera ser, | | donde si el honor perdiera, | | la mayor desdicha fuera | | que me pudo suceder. | |
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SANCHO | Julio, tú serás el dueño | 715 | desta casa. |
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JULIO | Ya, señor, | | para mi lealtad y amor | | fuera servicio pequeño | | sacrificaros la vida. | |
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CELIA | ¿Cómo de la herida estás? | 720 |
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JULIO | Cuanto os ha pesado más, | | tanto fue menor la herida. | |
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SANCHO | Que descanséis será justo | | del camino y del cuidado. | |
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DOROTEA | Ya es descanso haber llegado | 725 | después de tanto disgusto. | | Nunca por camino incierto | | halló peregrino el día, | | ni vio con más alegría | | roto marinero el puerto; | 730 | ni pájaro en verde rama | | tan dulce al alba cantó, | | como en vuestro brazos yo. | | ¿De qué incendio, de qué llama | | salió libre el que dormía, | 735 | |
-fol. 50v-
| cuando se aumentaba el fuego, | | como yo, que a veros llego, | | dulce señor, prima mía? | |
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SANCHO | Mucho en mi hermano perdí, | | pero ya me ha dado el cielo | 740 | a la medida el consuelo, | | y para dártele a ti, | | quiero que sepas que está | | en Cádiz don Juan tu esposo, | | que en tiempo tan riguroso | 745 | tu padre y amparo es ya. | | Hoy me ha escrito, aunque pensando, | | que con tu padre eras muerta, | | lloré mi desdicha cierta, | | la respuesta dilatando; | 750 | que ya será de alegría, | | para que de Cádiz parta | | luego que llegue esa carta, | | que a tardarte solo un día, | | pudiera ser que perdieras | 755 | remedio en esta ocasión. | |
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DOROTEA | Tantos mis cuidados son, | | señor, que si no estuvieras | | por tu palabra empeñado | | y por tus firmas también, | 760 | hoy me estuviera más bien | | tomar diferente estado. | |
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SANCHO | Fuera desdicha cruel, | | que de las Indias aquí | | no es bien que venga por ti, | 765 | para que te burles dél. | | Míralo bien, Dorotea. | |
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CELIA | No te espantes, que el dolor | | le quite el gusto. |
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DOROTEA | Señor, | | lo que tú quisieres sea. | 770 |
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(Sale ESPERANZA esclava.)
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ESPERANZA | Un forastero galán | | está llamando a la puerta, | | que dice que es de Madrid. | |
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DOROTEA | ¿De Madrid?, pues no me vea. | | Vamos, prima |
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CELIA | ¿Mas qué te ha dado sospecha | | que es don Juan? |
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DOROTEA | Dices verdad, | | y que me he turbado, Celia. | |
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(Vanse las dos y salen FELICIANO y ANDRÉS.)
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FELICIANO | Para besaros las manos | | no era menester que fuera | 780 | por negocio propio el veros. | |
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SANCHO | Califican la nobleza | | los términos de la corte. | |
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FELICIANO | Salí más apriesa della | | que pensé, llegué a Sevilla | 785 | y fui con alguna pena, | | señor don Sancho, al correo, | | hallé esta carta y en ella | | lo que os ruego que escuchéis. | |
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SANCHO | Vos tenéis, señor, licencia | 790 | para leerla y mandarme | | en lo que serviros pueda. | |
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FELICIANO | (Lee.) | El día que salió don Félix del peligro de la herida que le disteis, se vieron las informaciones de vuestro hábito en el Consejo de Órdenes, con esta os envío la licencia, para que don Sancho Tello os le dé, &c. | lo demás no importa aquí, | | que es de mi casa y mi hacienda, | | resta agora suplicaros | 795 | dos cosas: es la primera, | | que tengáis a Feliciano | | de Mendoza y de la Vega | | por vuestro esclavo. |
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SANCHO | Teneos, | | que en justa correspondencia | 800 | os quiero pedir lo mismo. | |
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-fol. 51r-
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FELICIANO | Y la segunda, que sea | | el darme el hábito en breve, | | porque si allá se conciertan | | amistades, será bien | 805 | que con este honor me vean. | |
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SANCHO | Será, señor Feliciano, | | para la primera fiesta, | | que aguardo que un caballero | | Indiano a Sevilla venga, | 810 | porque con más regocijo | | daros el hábito sea. | | Seréis ese día padrino | | de una cortesana bella, | | que se ha de casar con él, | 815 | para que yo a vos os tenga | | por ahijado y vos a él. | |
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FELICIANO | ¿Tanta merced?, ¿quién pudiera | | sino un generoso Tello | | tan liberalmente hacella?, | 820 | yo vendré a veros mañana. | |
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| (Vase.) |
ANDRÉS | Sin ser Mendoza, ni Vega, | | de vuesa merced los pies, | | y si no los pies, las suelas | | al buen Andrés, que no viene | 825 | por hábito, aunque en su tierra | | hábitos y escapularios | | tienen sus deudos y deudas. | |
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ANDRÉS | Mejor fuera que lo fuera, | 830 | porque si yo no lo soy, | | ¿qué importa que lo parezca? | |
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(Vase y sale DOROTEA.)
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DOROTEA | Con el cuidado, señor, | | y presunción que pudiera | | ser este don Juan mi esposo, | 835 | detrás de aquella antepuerta | | le vi y escuché. |
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SANCHO | Fue engaño | | de tu sospecha. |
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DOROTEA | Y fue cierta | | una cosa en que yo he sido | | ingrata, engañada y necia. | 840 |
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SANCHO | Cosa que este caballero | | en tu seguimiento venga | | y que de aquellas heridas | | que dio en Madrid, causa seas. | |
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DOROTEA | Mayor ha sido tu engaño, | 845 | que por él quiero que sepas | | que tengo vida y honor, | | pues él en Sierra Morena | | me libró de aquella gente | | bárbara, cruel y fiera. | 850 | Pero diciéndome Julio | | una noche en una venta, | | que era el capitán de todos, | | ingrata, como resuelta, | | partí sin verle a Sevilla; | 855 | pero vista su nobleza | | y que ha sido engaño, estoy | | arrepentida y contenta. | |
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SANCHO | ¿En fin él no es cosa tuya? | |
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DOROTEA | ¿No ves tú que si lo fuera | 860 | no se hiciera la jornada? | |
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SANCHO | ¡Oh cuál era para Celia | | un hombre de aquellas partes!, | | pluguiera a Dios que se hicieran | | los dos casamientos juntos. | 865 |
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DOROTEA | Habla bajo, que si llega | | a escucharte, podrá ser | | que piense lo que no piensa. | |
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SANCHO | El caballero aficiona | | con el talle y con la lengua; | 870 | ¡cuál era para mí yerno! | |
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DOROTEA | ¿Mas qué has de hacer que por fuerza | | le quiera Celia? |
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SANCHO | Si dura | | nuestra amistad, la tercera | | has de ser deste concierto, | 875 | que es oficio de discretas. | |
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| (Vase.) |
-fol. 51v-
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DOROTEA | ¿Hay suceso semejante?, | | ¿que este caballero era | | Feliciano de Mendoza, | | y que mi desdicha sea | 880 | tal que don Juan esté en Cádiz | | a tiempo, que apenas pueda | | agradecer lo que debo | | a un hombre cuya nobleza | | por darme vida se puso | 885 | a peligro de perderla? | | ¿Qué haré?, ¿qué será de mí, | | si le quiere para Celia | | don Sancho?, no sé quién dice | | que amor los celos engendra, | 890 | si a los celos que me han dado | | mi dormido amor despierta | | del sueño en que le tenían | | mi engaño y su breve ausencia. | | Mas conténtese mi amor | 895 | solicitando que sepa | | Feliciano mis desdichas, | | cuando decírselas pueda, | | porque no ser de don Juan | | es imposible que sea, | 900 | y quererle es imposible, | | aunque más méritos tenga, | | porque no da el trato el gusto, | | si la inclinación le niega. | |
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