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Política y religión

Política

Sin año. 24 de mayo. Parte de la jornada de Villalar dado a Carlos V por el conde de Haro, jefe de sus tropas



     [FERRER DEL RÍO, A. (ed.). Decadencia de España : Primera Parte : Historia del Levantamiento de las Comunidades de Castilla. 1520-1521. Madrid : 1850].



     S. C. C. M. A. V. M. escribí con don Pedro de la Cueva y después con otros correos la victoria que Dios había dado al ejército de V. A. y creo que a don Pedro, y a todos los que después han ido, han prendido en Francia, que así me lo han certificado, por lo cual torno a dar larga cuenta a V. M. de lo que acá ha pasado. El condestable y almirante se juntaron en Peñaflor domingo a 21 de abril, y luego el lunes les vino nueva que Juan de Padilla salía de Torre, y salieron con toda la gente al campo, y los de Torre se estuvieron quedos en las heras, y con esto se tornó toda la gente a Peñaflor solamente se gastó aquel día en ir e venir al campo, y en pasar el comendador mayor de Castilla y don Beltrán de la Cueva y Rui Díaz de Rojas y Garci Alonso de Ulloa y el señor de Deza y el comendador Santa Cruz y don Francés de Beamonte a ver dónde se asentaría el real sobre los de Torre.

     Otro día martes a 23 de abril, día de San Jorge, fueron el conde de Alba de Liste y el comendador mayor de Castilla y el capitán Herrera y el señor de Deza y el comendador Santa Cruz, maestre de campo, a tornar a ver donde se asentaría el real, y vieron nueva que se levantaban los de Torre, y luego cabalgó toda la gente para ir tras ellos, y fue adelante a detenedlos el conde de Alba, y luego se juntaron con el conde de Castro y el conde de Osorno y el adelantado de Castilla, y el prior de San Juan, y otros muchos caballeros, y Ruíz Díaz de Rojas y don Pedro de la Cueva, y fueron escaramuzando un rato con los enemigos; y luego llegó Herrera, capitán del artillería, la cual iba delante de todos tirando, y tras ella iba la batalla real y el almirante y conde de Benavente y duque de Medinaceli y marqués de Astorga y otros muchos grandes y caballeros, y a la mano izquierda iba el avanguardia que llevaba don Diego de Castilla.

     El condestable y el conde de Miranda y el comendador mayor de Castilla andaban con él por todas las batallas, y yo por otra parte; entre la vanguardia y la batalla andaban otros muchos caballeros sueltos; y, ya que llegaban cerca de Villalar, pasose el conde de Benavente con su gente a tomar la una punta del lugar; el condestable se pasó delante de la batalla real, y yo con la vanguardia; y en haciendo la punta que hizo el conde de Benavente, rompí con la vanguardia por mitad de los escuadrones de los enemigos; y en los que quedaron a la mano derecha rompieron el condestable y el conde de Miranda y el comendador mayor de Castilla y los continos y los otros grandes y toda la otra gente que allí venía; y en los que quedaron a la mano izquierda rompió el conde de Benavente. Yo pasé en el alcance a los que se acogieron a Toro, y llegué a Villaster, que es una heredad de don Gutierre de Fonseca a dos leguas de Villalar, y como ya era de noche recogí allí toda la gente y volvime.

     Serían los muertos y heridos obra de mil hombres, de los cuales mató muchos el artillería. Luego otro día, miércoles a 24 de abril, degollaron a Juan Padilla y Juan Bravo y a Francisco Maldonado, allí en Villalar, y de allí vino el condestable y el almirante y el ejército a Simancas, donde vino a rendirse Valladolid, la cual se perdonó, aunque se aceptaron doce personas, y la misma orden se llevó en todas las otras ciudades. En Medina del Campo aceptaron quince, y en Ávila diez y siete, y en Salamanca otras tantas, y en Segovia otras diez y siete y cuarenta desterrados.

     Viniendo, de Medina del Campo llegaron dos o tres correos del duque de Nájera a pedir que se socorriese Navarra, porque entraba ejército del hijo del rey don Juan, y aunque esta ciudad estaba por reducir y Toledo en su seta, todavía se dio alguna gente a don Pedro Vélez de Guevara y alguna artillería: y paréceme que ya cuando llegó era salido el duque de Nájera de Navarra, y, con pensar que tendría tiempo para todo, vino aquí por postas para que se le diese gente: y así lleva toda la que puede ir luego, y tras aquella va toda la demás.

      Esta ciudad ha ofrecido mil infantes de escopeteros y cuatrocientos piqueros; y Medina del Campo dicen que da 500 escopeteros: créese que Valladolid también dará gente, y por sacadle más se van por allí el cardenal y el condestable y el almirante; y por acá por Aranda va toda la otra gente y artillería, más toda o la más va muy descontenta, porque con todas las diligencias que el licenciado Vargas ha hecho no se tiene lo que sería menester para pagadla, y, como a V. M. he escripto otras veces, la mayor necesidad de acá, después que esto que anda se ha comenzado, es la que hay de dineros. Por esto, de cualquier parte que V. M. los pudiese haber procure habedlos, y sobre todo suplico a V. M. que venga para el tiempo que ha ofrecido que en ninguna otra cosa esté el bien y remedio de estos reinos sino en ser breve la bienaventurada venida de V. M. cuya muy real persona guarde Dios y prospere con muchos mas reinos y señoríos.

     De Segovia 24 de mayo de V. S. C. C. M. más cierto servidor y criado que sus muy reales manos besa.-El conde de Haro.





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